miércoles, 17 de noviembre de 2010

La Doctrina Platónica De La Verdad

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La Doctrina Platónica De La Verdad

Los conocimientos científicos se suelen expresar a través de proposiciones que se ponen a disposición de las personas a modo de resultados tangibles. La
<< doctrina >>de un pensador es lo no dicho en su decir y a lo que el hombre queda expuesto con el fin de emplearse en ello.
Para que podamos conocer y llegar a saber en el futuro lo no dicho por un pensador, sea ello del tipo que sea, tendremos que volver a pensar lo dicho por el. Pero hacer justicia a esta exigencia significaría volver a dialogar con todos los <<Diálogos>> de Platón en su conjunto. Como esto es imposible, tendrá que ser otro camino el que nos conduzca a lo no dicho en el pensar de Platón.
Lo que allí permanece no dicho es un giro en la determinación de la esencia de la verdad. Que dicho giro se consuma afectivamente, en que consiste el giro y qué se fundamenta gracias a este cambio en la esencia de la verdad se aclarará mediante una interpretación del << símil de la caverna >>.
La presentación del << símil de la caverna>> sirve de comienzo al séptimo libro del <<Dialogo>> sobre la decencia de la. El <<símil>> cuenta una historia. El relato se desarrolla entre Sócrates y Glaucon. Aquel expone la historia y el segundo manifiesta su creciente sorpresa. La siguiente traducción entre paréntesis una serie de aclaraciones que tratan de arrojar luz sobre el texto griego.
'ζδε βαν ακενχπμοξ μίμκ έκ ηαηαβείς μζηήζεζ ζπδθαζχδεζ, άκαπεπηαιέκδκ πνμξ ημ θςξ ηδκ είζμδμκ έπμφζδ ιαηνάκ πανά πάκ ημ ζπήθαζμκ, έκ ηαφηδ έη παίδςκ υκηαξ έκ δεζιμίξ ηαζ ηά ζηέθδ ηαζ ημοξ αοπέκαξ, χζηε ιέκεζκ ηε αοημφξ εζξ ηε ημ πνμζεεκ ιμ'κμκ υνάκ, ηφηθς δε ηάξ ηεθαθάξ ΰπυ ημο δεζιμφ αδοκάημοξ πενζάβεζκ, θςξ δε αφημ'σξ πονυξ άκςεεκ ηαζ πμννςεεκ ηαυιεκμκ υπζζεεκ αοηχκ, ιεηαλφ δε ημφ πονυξ ηαζ ηςκ δεζιςηχκ επάκς υδυκ, παν' δκ ίδέ ηεζπ'ζμκ πανςημδμιδιέκμκ, ςζπεν ημζξ εαοιαημπμζμΐξ πνμ ηςκ ακενχπςκ πνυηεζηαζ ηά παναθναβιαηα, οπέν χκ ηά εαφιαηα δεζηκφαζζκ. -υνχ, εθδ.- υνα ημίκοκ πανά ημφημ ημ ηεζπίμκ θένμκηαξ ακενχπμοξ ζηεφδ ηε πακημδαπά οπενέπμκηα ημφ ηεζπ'ζμο ηαζ ακδνζακηαξ ηαζ άθθα γχα θίεζκα ηε ηαζ λφθζκα ηαζ πακημία είνβαζιέκα, μζμκ εζηυξ ημοξ ιεκ θεεββμιέκμοξ, ημοξ δε ζζβχκηαξ ηςκ παναθενμκηςκ. άημπμκ, έθδ, θέβεζξ εζηυκα ηάί δεζιχηαξ άημπμοξ. -μιμίμοξ ήιίκ, δκ δε'εβχ' ημοξ βάν ημζμφημοξ πνχημκ ιεκ εαοηχκ ηε ηαζ αθθήθςκ μίεζ άκ ηζ έςναηέκαζ άθθμ πθδκ ηάξ ζηζάξ ηαξ οπυ ημφ πονυξ εζξ ηυ ηαηακηζηνφ αοηχκ ημφ ζπδθαίμο πνμζπίπημοζαξ; -πςξ βαν, εθδ, εζ αηίκδημοξ βε ηαξ ηεθαθαξ επεζκ δκακηαζ-ιέκμζ εζεκ δζα αίμο;- -ηί δε ηςκ παναθενμιέκςκ; μφ ηαφηυκ ημφημ; -ηζ ιδκ.- -εί μφκ δζαθέβεζεαζ μίμζ η' εζεκ πνμξ αθθήθμοξ, μο ηαφηα δβή άκ ηά υκηα αοημφξ κμιίγεζκ άπεν υνςεκ; -άκάβηδ.- -η'ζ δ' εζ ηαζ ήπχ ηυ δεζιςηήνζμκ έη ηυφ ηαηακηζηνφ επμζ; μπυηε ηζξ ηςκ πανζυκηςκ θεέβλαζημ, μίεζ άθθμ ηζ αοημφξ δβεσζεαζ ηυ θεεββυιεκμκ ή ηδκ πανζμφζακ ζηζάκ; -ιά Δί'
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μφη έβςβ , εθδ. -πακηάπαζζ δδ, δκ δ'έβχ, μζ ημζμφημζ μφη άκ άθθμ ηζ κμιίγμζεκ ημ αθδεέξ ή ηάξ ηςκ ζη εο αζηχκ ζηζάξ, -πμθθή ακάβηδ, εθδ.- -ζηυπεζ δή. δκ δ'έβχ, αοηχκ θφζζκ ηε ηαζ Ίαζζκ ηχκ ηε δεζιχκ ηαζ ηδξ άμννμζφκδξ, μία ηζξ άκ ε'ίδ θφζεζ, εζ ημζάυε ζοι- << Trata de poner en tu mirada la siguiente escena: unos hombres habitaban bajo tierra en un cobijo semejante a una cueva. Hacia arriba, contra la luz del día, posee una entrada que se extiende a lo largo y hacia a la que se recoge toda la caverna. En esa morada permanece los hombres atados por las piernas y el cuello toda su infancia. Por eso es tan siempre en el mismo sitio, sin moverse, y lo único que les queda es lo que se les presenta delante del rostro. Como están encadenados no son capaces de girar sus cabezas. Es verdad que se les ha dejado un rayo de luz, pero que procede de un fuego que arde lejano, allá arriba detrás de ellos. Entre el fuego y los encadenados (es decir, a sus espaldas) corre en lo alto un camino, a lo largo del cual, así debes imaginártelo, se ha construido un murito de poca altura similar a las mamparas que levantan los presdigitadores ante el publico para mostrar sus trucos encima de ellas. -Ya veo, dijo el -. Pues bien, ahora imagina que a lo largo de es muritos unos hombres llevan todo tipo de objetos que sobresaltan por encima de el, estatuas y otras figuras de piedras y de maderas y demás cosas hechas por la mano del hombre. Como no se podía esperar menos, alguno de los porteadores va charlando, mientras otros callan. -Es una imagen extraordinaria, la que me propones, dijo el y también son presos fuera de lo corriente-.Sin embargo son semejantes en todo a nosotros, hombres, replique yo. Porqué ¿que te figuras? Esos hombres nunca han visto nada, ni por si mismos, ni a través de los demás, a excepción de las sombras que les proyectan (permanentemente) la luz del fuego en la pared de la caverna que se encuentran junto a ellos. - ¿Como iba a ser de otro modo dijo el, si están obligados a tener la cabeza inmóvil y eso durante toda su vida? ¿Pero que es lo que ven de las cosas que llevan (a sus espaldas)? ¿Acaso no ven precisamente eso (las sombras)?- Efectivamente -. Si fueran capaces de hablar y comentar entre ellos lo que ven, ¿no crees que tomaría lo que ven por lo ente1?- Se verían obligados a ello-. ¿Que pasaría si esta prisión tuviera además un eco procedente de la pared que esta frente a ellos (y que es la única que contempla todo el tiempo)? Cada vez que uno de los que caminan por detrás de los presos (llevando cosas) dejase oír su voz, ¿crees que podrías pensar que lo que habla es otra cosa distinta de las sombras que ven desfilar frente a ellos? - ¡No, por Zeus!, dijo el -. Entonces a los presos no les quedara más remedio que tomar a las sombras de los sujetos por lo desencubierto mismo. – Seria necesario de todo punto dijo el-.
1 N. De los T : << das Seiende >> : “lo que tiene que ser” , “lo que es” ; de modo mas técnico : “ lo ente “
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Ahora sigue imaginando, replique yo, que los presos fuesen liberados de sus cadenas y por tanto curados de los golpes de su falta de discernimiento y reflexiona. αα'ζκμζ αφημΐξ· μπυηε ηζξ θοεείδ ηαζ άκαβηάγμζημ ελαίθκδξ άκ'ζζ-ηαζεα'ζ ηε ηαζ πενζάβεζκ ημκ αοπέκα ηαζ ααδίγεζκ ηαζ πνμξ ηυ θχξ άκααθέπεζκ, πάκηα δε ηαφηα πμζχκ άθβμπηε ηαζ δζα ηάξ ιαν-ιαθοβάξ άδοκαημί ηαεμνάκ εηείκα ςκ ηυηε ηάξ ζηζάξ έχνα, ηζ ακ μ'ίεζ αοηυκ εζπείκ, εζ ηζξ αφης θέβμζ υηζ ηυηε ιεκ έχνα θθοανίαξ, κοκ δε ιάθθμκ ηζ έββοηένς ημο υκημξ ηαζ πνμξ ιάθθμκ υκηα ηεηναιιέκμξ υνευηενμκ αθέπμζ, ηαζ δδ ηαζ έ'ηαζημκ ηςκ πανζυκηςκ δεζηκφξ αφης άκαβηάγμζ ενςηχκ άπμηνίκεζεαζ υηζ έζηζκ; μοη μΐεζ αοηυκ άπμνεπκ ηε ακ ηαζ ήβεπζεαζ ηά ηυηε υνχιε-κα αθδεέζηενα ή ηά κοκ δεζηκφιεκα; -πμθφ β', έθδ.- Οφημφκ ηακ εζ πνμξ αοηυ ηυ θχξ άκαβηάγμζ αοηυκ αθέπεζκ, άθβεΐκ ηε ακ ηά υιιαηα ηαζ θεοβεζκ απμζηνεθμιεκμκ πνμξ έηεζκα ά δφκαηαζ ηαεμνάκ, ηαζ κμι'ζγεζκ ηαφηα ης υκηζ ζαθέζηενα ηςκ δεζηκοιέκςκ; -μφηςξ, εθδ. εί δέ, δκ δ' εβχ, εκηεφεεκ εθημζ ηζξ αοηυκ αία δζά ηναπείαξ ηδξ ακααάζεςξ ηαζ ακάκημοξ, ηαζ ιδ άκείδ πνζκ έλεθηφζεζεκ εζξ ηυ ημφ ήθζμο θχξ, άνα μοπί υδοκάζεαί ηε ακ ηαζ άβακαηηεζκ έθηυ-ιεκμκ, ηαζ επεζδή πνμξ ημ θχξ εθεμζ, αοβήξ ακ έπμκηα ηά υιιαηα ιεζηά υνάκ μφδ' ακ έκ δφκαζεαζ ηχκ κφκ θεβμιέκςκ αθδεχκ; -μφ βαν άκ, εθδ, ελαίθκδξ βε.- ζοκδεείαξ δδ μίιαζ δέμζη' άκ, εζ ιέθθμζ ηά άκς υρεζεαζ. ηαζ πνχημκ ιεκ ηάξ ζηζάξ άκ νάζηα ηαεμνχ, ηαζ ιεηά ημφημ εκ ημζξ φδαζζ ηά ηε ηχκ ακενχπςκ ηαζ ηά ηχκ άθθςκ είδςθα, φζηενμκ δέ αοηά· έη δέ ημφηςκ ηά έκ ης μφνακχ ηαζ αοηυκ ημκ μφνακυκ κφηηςν άκ νάμκ εεάζαζημ, πνμζαθέπςκ ηυ ηχκ άζηνςκ ηε ηάζ ζεθήκδξ θχξ, ή ιεε' ήιένακ ημκ ήθζυκ ηε ηαζ ηυ ημφ ήθζμο, -πχξ δ'μφ; ηεθεοηαπμκ δή μΐιαζ ημκ ήθζμκ, μφη έκ τδαζζκ μφδ' έκ άθθμ-ηνία έδνα θακηάζιαηα αοημφ, άθθ αοηυκ ηαε' αοηυκ έκ ηδ αοημφ πχνα δφκαζη' άκ ηαηζδεπκ ηαζ εεάζαζεαζ υζυξ έζηζκ.-άκαβ-ηαΐμκ, έθδ. De que tipo tendría que ser esa falta de discernimiento si a los prisioneros se les ocurriera lo siguiente. En cuanto uno de ellos fuera desatado y obligado a ponerse repentinamente en pie, girar el cuello emprender la marcha y miara de cara a la luz, solo podría hacer todo esto (cada vez) con sufrimiento y tampoco seria capaz de ver a través de la tenue luz aquellas cosas de las que antes veía las sombras. (Si le ocurriese todo esto) , ¿ que crees que diría cuando alguien le explicara que antes solo había estado viendo naderías mientras que ahora se encuentra mucho mas cerca de lo ente y que, en consecuencia , al estar de cara hacia eso que es mas ente debería de ver de modo mucho más correcto ? . Y si además, alguien le mostrase cada una de las cosas que habían sido transportadas y le obligase a contestar a la pregunta sobre que son, ¿no crees que no sabría por donde empezar y que, además, consideraría lo anteriormente visto (con sus propios ojos ) como mas desencubierto que aquello que les he mostrado ahora ( por otro)- Desde luego, dijo el-.
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Y si alguien le obligase a mirar el fuego, ¿acaso no le dolerían los ojos y no desearía volver la cabeza y huir a refugiarse nuevamente en aquello que es capaz de contemplar con sus fuerzas y decidir que eso (que puede ver el mismo directamente) es en realidad mas claro que lo que ahora se le esta mostrando?- Así es, dijo el. Pues si además, replique yo, alguien lo arrastrase con violencia (al liberado de sus cadenas) por la salida áspera y empinada de la cueva y no lo dejase en paz hasta haberlo empujado fuera, a la luz del sol, ¿no sentiría el así forzado dolor e indignación? Y, una vez a la luz del sol, ¿no se le llenarían los ojos del resplandor y no se encontraría por lo tanto incapacitado para ver ni una sola de esas cosas que ahora se abren ante el como lo desencubierto? -No seria capaz de verlas de ningún modo, dijo el, o, por lo menos , no de repente. Aparentemente es necesario un periodo de acomodación para poder ver lo que esta arriba (fuera de la caverna, a la luz del sol). Y durante semejante adaptación lo que resultaría mas fácil en primer lugar seria mirar las sombras y después el reflejo del hombre en el agua y del resto de las cosas, pero mas tarde dirigiría su mirada a las cosas mismas (a lo ente, en lugar de a los reflejo, cada vez mas débiles). Y de todas esas cosas, contemplaría con mayor facilidad lo que se halla en la bóveda del cielo, y el propio cielo, y eso de noche, pues contemplaría la luz de la luna y de las estrellas, (es decir, mas fácilmente) que por el día, el sol y su brillo.- Sin duda. Pero al final, creo yo, acabaría siendo capaz de mirar al propio sol y no solo a su reflejo en el agua o en cualquier otro lugar donde pueda aparecer, al sol mismo, tal como es el mismo y en su propio lugar, para considerarlo y ver como esta constituido. – Tendría que ocurrir así necesariamente, dijo el. ηαζ ιεηά ηατη' ακ ήδδ ζοθθμβίγμζημ πενί αζη.ημ; υ ηάξ ηε χναξ πανέπςκ ηαζ έκζαοημφξ ηαζ πάκηα ηα έκ ηθ υνςιέκς ηυπς, ηαζ εηείκςκ χκ ζθεζξ εςν πάκηςκ αίηζμξ. -δήθμκ, εθδ, δηζ έπί ηαφηα ακ ιεη' εηείκα . ηζ μοκ; ακαιζικδζημιεκμκ αοηυκ ηήξ πνμζηδ:ηαζ ηήξ έηεΐ ζμθίαξ ηαζ ηςκ ηυηε ζοκδεζιςηχκ νηη ζ αοηυκ ιεκ εφδαζιμκίγεζκ ηήξ ιεηααμθήξ, ημοξ δε εθεείκ. ηζιαζ δε ηαζ έπαζκμζ ε'ί ηίκεξ αφημΐξ ήζακ ηυηε παν αθθδθμμκ ηαζ βένα ης μλφηαηα ηαεμνχκηζ ηά πανζυκηα, ηαζ ικδιμ\, κμκηζ ιάθζζηα δζα ηε πνυηενα αοηχκ ηαζ οζηένα είχεεζ ηαζ α ια πμνεφεζεαζ, ηαζ έη ημφηςκ δδ δοκαηχηαηα άπμιακηεομιεκς ημ ιέθθμκ ήλεζκ, δμηεξ ακ αοηυκ έπζεοιδηζηχξ αοηχκ επεζκ ηαζ γήθμοκ ημοξ παν' έηε'ζκμζξ ηζιςιέκμοξ ηε ηαζ έκδοκαζηεΐ'μηα;. ή ημ ημο Όιδνμο άκ πεπμκεέκαζ ηαζ ζθυδνα αμφθεζεαζ.επα-νμονμκ έυκηα εδηεοέιεκ άθθμν άκδνζ παν' άηθήνς" ηαζ μηζμφκ άκ πεπμκεέκαζ ιάθθμκ ή 'ηεΐκά ηε δμλάγεζκ ηαζ εηείκμοξ γδκ: -μφηςξ, έθδ εβςβε μζιαζ, πάκ ιάθθμκ πεπμκεέκαζ ακ υεάταταζ ή γδκ έηε'ζκςξ.- ηαί ηυδε δή έκκυδζμκ, δκ δ' εβχ. εζ πάθζκ υ ημζμφημξ ηαηαααξ εζξ ημκ αοηυκ εάημκ ηαείγμζημ, άν' μο ζηυημοξ ακάπθες; ζ/μζκ ημοξ μθεαθιμφξ, ελαίθκδξ ή'ηςκ έη ημο δθίμο; -ηαζ . εθδ.-
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ηάξ δέ δή ζηζάξ έηείκαξ πάθζκ εζ δεμζ αοηυκ βκςιαηεφμκημζ δζαιζθθάζεαζ ημίξ άεζ δεζιμυηαζξ έηείκμζξ, έκ ς άιαθοςηηεζ. πνζκ ηαηαμηήκαζ ηά υιιαηα, μφημξ δ'μ πνυκμξ ιδ πάκο μθίβμ: εζδ ηήξ ζοκήεεζαξ, άν μφ βέθςη' άκ πανάζπμζ, ηαζ θέβμζημ άκ πεμζ αοημφ ςξ άκααάξ άκς δζεθεανιέκμ·; ήηεζ ηά υιιαηα ηαζ υηζ μοη άλζμκ μφδε πεζνάζεαζ άκμμ Ίέκαζ; ηαζ ημκ έπζπεζνμφκηα θοεζκ η ε ηαζ ακάβεζκ, ε'ί πςξ έκ ηασξ πενμζ δφκαζκημ θααείκ ηαζ άπμηηε'ζ-κεζκ, άπμηηείθ'φκαζ άκ; ζθυδνα β', έθδ.-
Y después de haber hecho todo esto, también debería mostrarse capaz de concluir lo siguiente sobre el sol, esto es, que es él el que permite que haya estaciones y amos domina todo lo que se encuentra en el círculo ahora visto (de la luz del sol) , en efecto , que incluso es él ( el sol ) el que causa todo lo que aquellos ( que permanecen abajo , en la caverna ) tienen en cierto modo ante si. -Evidentemente, dijo el, este llegaría hasta allí (hasta el sol y todo lo que se encuentra a la luz) después de haber pasado por aquello ( todo lo que solo es sombra y reflejo) . ¿Y ahora que? Si se acordase de su primera morada y del <<saber>> allí reinante y de los que estaban allí encadenados con el, ¿ no crees que se consideraría dichoso del cambio sufrido y , por el contrario, lamentaría la suerte de los otros ?-Si muchísimo. Pues bien , si ( entre los hombres) del anterior lugar de morada ( es decir , en la caverna ) se fijaran determinados honores y distinciones para aquel de entre ellos que ve con mas agudeza todo lo que pasador delante ( todo lo que ocurre diariamente) y retiene mejor en la memoria que cosas suelen pasar primero , después o simultáneamente , y que por tanto es capaz de predecir mas rápidamente que va a pasar en el futuro, ¿ crees tu que aquel ( el que salió de la caverna ) seria capaz de todavía de volver junto a aquellos ( de la caverna) para tratar de competir con los que en ese lugar reciben mas honores y poder, o mas bien aceptaría eso que Homero llama << servir a otros por el salario como campesino ( viviendo sobre la tierra) , es decir, ser un hombre sin fortuna>> y soportar cualquier cosa antes de volver a mantener los puntos de vista ( validos en al caverna ) y de ser un hombre de esa clase ? -Yo creo, dijo él, que soportaría cualquier cosa antes que ser un hombre de esa clase (el de la caverna). Pues bien, ahora reflexiona sobre esto, replique yo: si aquel que salio de la caverna volviese a bajar allí y volviese a sentarse en el mismo puesto, ¿no se le llenarían los ojos de oscuridad, viniendo repentinamente del sol?- Efectivamente, y mucho, dijo él. Si ahora tuviese que volver a emitir juicios y opiniones con los allí encadenados a propósito de las sombras, mientras sus ojos todavía están nublados y antes de que se le hayan vuelto a acomodar, lo que requeriría no poco tiempo de adaptación, ¿no se vería expuesto al ridículo allá bajo y no le darían a entender que ha salido allá arriba para regresar (a la caverna) con los ojos estropeados y que por lo tanto no sirve de nada emprender el camino hacia las alturas? Y si alguien tratase de ponerles la mano encima para quitarles sus cadenas y
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guiarlos hacia arriba, si pudiesen atraparlo y matarlo, ¿no lo matarían efectivamente? ¿Que significa este relato? El propio Platón nos ofrece la respuesta, pues inmediatamente después del relato hace aparecer la interpretación ( 517 a, 8- 518d,7). La morada en forma de caverna es la << la imagen >>para ηδο… δζ μρεςξ θαζμ- οεοδο el ámbito de estancia que se muestra (diariamente) a los que mira a su alrededor>>. El fuego de la caverna, que arde por encima de sus moradores, es la <<imagen>> para el sol. La bóveda de la caverna representa la bóveda celeste. Bajo dicha bóveda, destinados a la tierra y atados a ella, viven los hombres. Lo que allí les rodea y les concierne es para ellos<< lo efectivamente real >> es decir, lo ente. En esa morada en forma de caverna se encuentran en el << mundo>> y en << casa>> y allí encuentran su seguridad, ese lugar donde te abandonas confiadamente. Las cosas nombradas en el <<símil>>, que se tornan visibles fuera de la caverna, son, por el contrario, la imagen de aquello en lo que verdaderamente consiste lo ente de lo ente. Esto es, según Platón, aquello a través de lo cual lo ente se muestra en su <<aspecto>>. Platón no toma este <<aspecto>> como mera <<aparición>>. El <<aspecto>> también tiene para el algo de un salir afuera por medio del que todo se << presenta>> 2 . Encontrándose en su propio <<aspecto>> se muestra el propio ente. <<Aspecto>> significa en griego εζδμξ o ιδεα . Las cosas que se encuentran a la luz del día, fuera de la caverna, en donde existe una libre prisión de todo, representan en el <<símil>> las <<ideas>>. Según Platón si el hombre no las tuviese , es decir , si no tuviese en su mirada el correspondiente <<aspecto>> de las cosas, los seres vivos, los hombres, los números , los dioses, nunca podría percibir esto y aquello como casa, árbol o dios. Por lo general, el hombre cree estar viendo directamente esta casa y que aquel árbol y , del mismo modo, todos y cada uno de los entes. De entrada, el hombre no sospecha nada de que todo aquello que corrientemente le parece << lo efectivamente real >> sólo lo ve a la luz de las <<ideas>>. Eso que aparentemente es lo único verdaderamente real, que es inmediatamente visible, audible, tangible y calculable, según Platón, no es mas que el ensoberbecimiento de la idea y por ende una sombra. Esto próximo y que sin embargo es como una sombra mantiene cotidianamente preso al hombre. Vive en una prisión y deja a su espalda las <<ideas>>. Y precisamente porque no reconoce su cárcel como tal, toma a ese ámbito cotidiano que se halla bajo la bóveda celeste como el espacio donde se mueven la experiencia y el juicio , que son los únicos otorgan la medida para todas las cosas y relaciones , los únicos que proporcionan las reglas para su disposición y organización. Si ahora, como se piensa en el <<símil>>, el hombre tiene que mirar repentinamente al fuego situado a sus espaldas, que provoca las sombras de las cosas transportadas hacia adelante y hacia atrás entonces sentirá de inmediato ese desacostumbrado giro en su mirada como una molestia en su restante conducta y opinar habituales. Ya sólo la mera suposición de tener que
2 Extraído de Geistige Uberlieferung, 1942: <<An-, d.h. herzu-wezen>>, “estar presente”, es decir, “venir a la presencia”.
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adoptar dentro de la caverna un comportamiento tan extraño será rechazada , porque efectivamente , allá adentro , en la caverna, se esta en posesión plena e inequívoca de la realidad efectiva. El hombre de la caverna, obstinado en su <<punto de vista>> , ni siquiera es capaz de sospechar la posibilidad de que su realidad efectiva pudiera ser sólo una sombra. ¿ Y como podría saber que es una sombra, si ni siquiera quiere conocer el fuego de la caverna y su luz, a pesar de que se trata de un fuego <<fabricado>> y por ende debe serle familiar al hombre?. Por contra, la luz del sol, fuera de la caverna, no ha sido fabricada por el hombre. Las cosas ya crecidas y presentes se muestran de modo inmediato en su claridad sin precisar de una representación por medio de sombras. Las cosas que se muestran a si mismas son en el <<símil>>la <<imagen>> para las <<ideas>>.El sol, sin embargo, valen el <<símil>>como <<imagen>> para aquello que hace visible a todas las ideas. Es la <<imagen>>para la idea de todas las ideas. Según Platón esta se llama αβαεoο ζδεα , lo que <<literalmente>>, y sin embargo dando lugar a malentendidos, se traduce con el nombre de <<idea de bien>>. Las correspondencias de símil ( que ahora nos hemos limitado a enumerar) entre las sombras y la realidad experimentada a diario, entre el reflejo del fuego de la caverna y la claridad en la que se encuentra la <<realidad>>acostumbrada y próxima, entre las cosas fuera de la caverna y las ideas, entre el sol y la idea suprema, no agotan todo el contenido del <<símil>>. En efecto , así aun no se ha captado en absoluto lo mas autentico. Porque el <<símil>> habla de procesos y no solo de estancias y posiciones de los hombres dentro y fuera de la caverna. ¿Qué suceden estos tránsitos? ¿Que hace posible dichos sucesos? ¿De dónde procede su necesidad? ¿ Cuál es el fin de dichos tránsitos? Los tránsitos de la caverna a la luz del día y de allí nuevamente a la caverna exigen en cada caso una acomodación de los ojos de la oscuridad a la claridad y viceversa. En cada ocasión, y por motivos opuestos, los ojos se encuentran confundidos: δζηηαζ ηαζ απo δζηηςο <<Una doble confusión sobreviene a los ojos y por doble motivo>>. Esto significa o bien que a partir de una ignorancia apenas advertida el hombre puede llegar a ese lugar donde lo ente se le muestra de modo mas esencial, aunque de entrada el no esté a la altura de lo esencial, o bien que el hombre también puede caer fuera de la conducta de una saber esencial y ser conducido al ámbito donde reina la realidad común, aunque sin ser capaz de reconocer como real lo que aquí es habitual y conocido. Y del mismo modo que el ojo de carne y sangre tiene que acomodarse muy lentamente ya sea a la claridad, ya sea a la oscuridad, del mismo modo del alma tiene que acomodarse con paciencia y en adecuada progresión al ámbito de lo ente al que se ve expuesta. Sin embargo , y antes que nada, dicha acomodación exige que el alma en su conjunto se ve orientada hacia la dirección fundamental de su tendencia , del mismo modo que el ojo sólo puede ver bien y hacia todos los lados cuando previamente el cuerpo en su conjunto ha adoptado la correspondiente postura.
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Pero ¿por qué la acomodación tiene que ser lenta y constante en cada respecto ámbito? Porque el cambio de dirección concierne al ser hombre y por ende se consuma en el fondo de su esencia. Esto quiere decir que la posición que servirá de norma y que debe surgir gracias a un cambio de dirección tiene que desarrollarse y convertirse en una conducta fija a partir de una relación que ya soporta el ser del hombre. Ese cambio y acomodación de la esencia del hombre al ámbito que se le asigna en cada ocasión es la esencia de lo que Platón llama παζδεζα . Dicha palabra no se puede traducir. Par Platón y de acuerdo con su definición de la esencia, significa la, lo que conduce a un cambio de dirección de todo el hombre en su esencia. Por eso, es esencialmente un transito, concretamente de una a la otra, aunque no del todo, es el termino alemán << Bildung>> (formación)3. Lógicamente tenemos que devolverle a la palabra toda su fuerza significativa originaria y olvidar la incorrecta interpretación que adopto a finales del siglo XIX. <<Bildung>>significa dos cosas: por un lado, es un formar en el sentido de ir desarrollando un carácter. Pero este <<formar>> también <<forma>> (imprime carácter) conformándose anticipadamente de acuerdo con una visión que da la medida y que por eso se llama pre-forma o modelo. <<Formación> es por lo tanto imprimir carácter y dejarse guiar por una imagen. La esencia contraria a la es la παζδεζα, la falta de formación.En ella ni se despierta el desarrollo de la posición fundamental ni se dispone ningún modelo normalizador. La fuerza esclarecedora del <<símil de la caverna>> se concentra en el esfuerzo por tratar de hacer visible y cognoscible la esencia de la παζδεζα por medio de la plasticidad de la historia narrada. Al mimo tiempo, Platón también quiere poner sobre aviso y mostrar que la παζδεζα no tiene su esencia en el hecho de verter meros conocimientos en un alma sin preparación como en un recipiente vacío cualquiera que estuviese ahí adelante. Por contra, la autentica formación afecta y transforma al alma en su totalidad desde el momento en que empieza por trasladar al hombre a su lugar esencial y luego le hace adaptarse a él. El hecho de que el <<símil de la caverna >>la esencia de la παζδεζα tenga que ponerse en imágenes es algo claramente dicho en una frase al principio del libro VII , con la que Platón introduce el relato: << Después, trata de obtener una visión ( de la esencia) de la “formación” que sea del tipo de esa experiencia (descrita en lo que sigue) , así como de la ausencia de formación, que (íntimamente relacionadas) atañen a nuestro ser humano en su fundamento.>> El <<símil de la caverna>> ilustra plásticamente, según la expresiva afirmación de Platón, la esencia de la <<formación>>. Por contra, la interpretación que tratamos de hacer ahora del <<símil>>debe remitir a la <<doctrina>> platónica de la verdad. ¿ Pero procediendo de este modo no se le añade al <<símil>> algo ajeno a él?. La interpretación amenaza con convertirse en una violenta transformación del sentido del relato. Eso es lo que puede parecer hasta que logre imponerse la opinión de que el pensamiento de Platón esta supeditando a una transformación de la esencia de la verdad que se convierte en la ley de lo que dice el pensador. En la interpretación que se hace necesaria por mor de una necesidad futura el <<símil>>no se limita a ilustrar la esencia de la formación, sino que al mismo tiempo abre la mirada en dirección hacia una
3 N. De los T : la traducción corriente del alemán <<Bildung>> es “ formación “ , “ educación” , pero hay que tener en cuenta que incluye en su raíz la palabra Bild , que significa “ imagen” , “ modelo “ , etc.
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transformación de la esencia de la <<verdad>>. Pero si el <<símil>> es capaz de mostrar ambas cosas ¿no debería reinar una relación esencial entre la <<formación>> y la <<verdad>>?. En efecto existe tal relación. Y consiste que sólo la esencia de la verdad y el modo de su transformación hacen posible la <<formación>> en su entramado fundamental. ¿Pero que encierra a la <<formación>>y a la <<verdad>> en una unidad esencial originaria? παζδεζα significa cambio de dirección de todo el hombre en el sentido del traslado, de cara a la adaptación, desde el ámbito de aquello que se presenta primero a otro ámbito en el que se manifiesta lo ente. Este traslado sólo se hace posible desde le momento en que todo lo que hasta entonces se le había revelado al hombre y el modo en que se le había revelado se transforman. Lo que está no oculto para el hombre de cuando en cuando y el modo del desocultamiento tienen que cambiar. El desocultamiento4 se llama en griego αθδεεζα, palabra que se traduce con el termino <<verdad>>. Y <<verdad>> significa desde hace largo tiempo para el pensamiento occidental la coincidencia de a representación pensante con la cosa: adaequatio intellectus et rei. Pero si no nos conformamos con traducir <<literalmente>> las palabras παζδεζα o αθδεεζα, sino que intentamos pensar desde el saber de los griegos la verdadera esencia nombrada en ellas, entonces <<formación>>y <<verdad>>se encerraran en una unidad esencial. En efecto, cuando nos tomamos en serio el contenido esencial de lo que nombra la palabra αθδεεζα, surge la pregunta de cuál será el punto de partida desde el que Platón determina la esencia del desocultamiento. La respuesta a esta pegunta nos remite al autentico contenido del <<símil de la caverna>>. Nos muestra en qué medida y cómo el <<símil>>trata de la esencia de la verdad. Lo no oculto y su desocultamiento nombran siempre eso que en el ámbito de estancia del hombre esta abiertamente presente en cada ocasión. Pues bien, el <<símil>> cuenta una historia de tránsitos de un lugar de estancia a otro. Por eso, dicha historia se divide en general en una sucesión de cuatro estancias diferentes, ordenadas de acuerdo con una característica graduación ascendente y descendente. Las diferencias de las estancias y de los grados de los tránsitos se basan en la diversidad de αθδεεξ, que ponen la norma en cada caso, esto es, del tipo de <<verdad>>que reina en cada caso. Por eso, también el αθδεεξ, lo no oculto, se debe pensar y nombrar en cada grado de un modo o de otro. En el primer grado, los hombres viven encadenados en la caverna y se ven atrapados por lo primero que les sale al encuentro. La descripción de esta estancia se cierra con una frase especialmente acentuada. <<Por lo tanto, no cabe duda de que los así encadenados no tomarían por lo no oculto a ninguna otra cosa que no fueran la sombras de los utensilios.>>
4 N. de los T para la insatisfactoria traducción de los términos en torno al campo semántico de <<ocultar>>, <<encubrir>>, vid. nuestra nota 23 al ensayo. <<De la esencia de la verdad>>, p.160. Traducimos en termino que designa a la verdad, <<Unverdorgenheit>>, como “desocultamiento” (aunque literalmente debería ser algo así como “inocultez”) y <<unverborgen >> como no oculto o desocultado. Paralelamente , aunque la raíz alemana es la misma en torno al sentido de ocultar , traducimos “encubrimiento” para <<Verbergung>> y <desencubrimiento” para <<Entbergung>>
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El segundo grado cuenta cómo se les libera de sus ataduras. Ahora, los encadenados son hasta cierto punto libres, pero permanecen encerrados en la caverna. Sin embargo, ahora pueden volverse hacia todos los lados. Se les abre la posibilidad de ver por sí mismos las cosas que transportan a sus espaldas. Y así, los que antes sólo contemplaban sombras que se hallan <<mucho mas cerca de lo ente>>. En cierto modo, las propias cosas muestran ahora su apariencia, en concreto a la luz artificial del resplandor de fuego de la caverna, y ya no se encuentran ocultas por las sombras. Cuando son sólo las sombras las que salen al encuentro, mantienen atrapad la mirada y, así, se interponen ante las propias cosas pero si la mirada que da liberada de su prisión de sombras, el hombre así liberado alcanza la posibilidad de llegar hasta el circulo de lo mas <<desocultado>>. Y, sin embargo, hay que decir del así liberado puede llegar. <<A considerará lo que veía antes (directamente) (las sombras) por mas desocultado que lo que le es mostrado ahora (expresamente por otros). >> ¿Por qué? El resplandor del fuego deslumbra al liberado, cuyos ojos no están acostumbrados. La ceguera le impide ver el propio fuego y percibir cómo su brillo ilumina las cosas y sólo de este modo permite que ellas aparezcan. Por eso, el cegado tampoco puede llegar a captar que lo que antes veía era sólo las sombras de las cosas al resplandor de dicho fuego. Es cierto que ahora el liberado ve más que sombras, pero todo en medio de una total confusión. Comparado con está, lo vislumbrado bajo el reflejo de ese fuego desconocido pero no visto, las sombras, tenía un contorno preciso. Puesto que esta aparente consistencia de las sombras es lo visible sin confusión, también tiene que parecerle forzosamente al liberado como lo mas <<desocultado>>. En las <<sombras>> se ofrece una verdad más auténtica. Porque también el hombre liberado de sus ligaduras se engaña en la apreciación de lo <<verdadero>> al faltarle le presupuesto para una <<valoración>>, esto es, al faltarle la libertad. Es verdad que la ausencia de cadenas es una liberación, pero el hecho de verse desatado todavía no equivale a la autentica libertad. Ésta sólo se alcanza en le tercer grado. Aquí, el liberado de sus cadenas es trasladado fuera de la caverna, <<al aire libre>>. Allí todo se muestra abiertamente a la luz del día. Ahora, la visión de lo que son las cosas ya no se muestra sólo a la luz artificial y engañosa del fuego del interior de la caverna. Son las propias cosas las que están ahí con la fuerza concluyente y vinculante de su propio aspecto. El espacio libre al que ha sido trasladado el liberado no significa lo ilimitado de una mera extensión, sino la vinculación limitadora de lo claro, de lo que resplandece a la luz del sol, ahora también contemplado. Las visiones de eso que son las cosas mismas, εζδδ las (ideas), constipen la esencia bajo cuya luz cada ente singular se muestra como éste y aquél, y en cuyo mostrarse a sí mismo eso que aparece se torna por vez primera no oculto y accesible. Una vez más, el grado alcanzado hasta ahora en las distintas estancias se determina por eso no oculto que da aquí la norma y es auténtico. Por eso, incluso al inicio de la descripción del tercer grado se habla ya << de aquello que ahora recibe el nombre de no oculto>>. Eso no oculto es, aún más desocultado que las cosas artificialmente iluminadas dentro de la caverna a diferencia de las sombras. Eso no oculto alcanzado ahora es lo más
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desocultado de todo: Ciertamente Platón no utiliza esta formula en este pasaje concreto, pero sí dice expresamente, lo más desocultado, en el momento de la explicación correspondiente al libro VI de la Politeia. Aquí (484 c, 5ss.) se dice, <<los que miran hacia lo más desocultado>>. Lo más desocultado se muestra en aquello que es lo ente. Sin semejante mostrarse a sí mismo de qué-es (es decir las ideas) esto, aquello y cualquier cosa semejante y, por ende, en general, todo, quedaría oculto. <<Lo mas desocultado >> se llama así porque es lo que se muestra en primer lugar en todo lo que aparece y hace accesible a lo que aparece. Ahora bien, si ya en el interior de la caverna es difícil apartar la mirada de las sombras y dirigirlas al resplandor del fuego y las cosas que en él se muestran, al punto de llegar a fracasar, liberarse en el espacio libre del exterior de la caverna exige la máxima paciencia y esfuerzo. La liberación no se sigue automáticamente del hecho de liberarse de las cadenas y no consiste en la ausencia de ligaduras, sino que sólo comienza a la manera de una constante acomodación a una mirada afija sobre los límites precisos de las cosas, las cuales se hallan firmemente asentadas en su aspecto. La autentica liberación es la constancia en ese volverse hacia lo que se manifiesta en su apariencia y es lo más desocultado, que se haya podido ver en donde, esto es, lo mas verdadero, en definitiva, la auténtica verdad. La esencia de la <<formación>>se basa en la esencia de la <<verdad>>. Como, sin embargo, la παζδεζα tiene una esencia la cual, permanece constantemente como superación de la παζδεζκζζα en cuanto tal cambio de dirección. La παζδεζα guarda dentro de sí una referencia esencial respecto a la falta de formación. Y por mucho que según la propia interpretación de Platón el <<símil de la caverna>> quiera ilustrar plásticamente la παζδεζα, precisamente dicha ilustración también debe poner de relieve ese momento esencial, la constante superación de la falta de formación. Por eso, en el relato de Platón la narración no termina, como se quiere creer, con la descripción de la adquisición del grado supremo, cuando se sale fuera de la caverna. Por el contrario, también forma parte del <<símil>> el relato del retorno del liberado a las profundidades de la caverna junto con los prisioneros. El liberado debe conducir también a estos otros fuera de lo que para ellos no está oculto para mostrarles arriba lo más desocultado. Pero ocurre que el libertador ya no se oriente bien en la caverna. Corre el peligro de caer bajo el poder superior de la verdad allí reinante , esto es, de quedar sometido a la pretensión de la <<realidad>> común de prevalecer como única. El libertador corre incluso el riesgo de que lo maten, una posibilidad que se hizo realidad en el caso del destino de Sócrates, el <<maestro>> de Platón. El nuevo descenso a la caverna y la lucha sostenida en su interior entre le libertador y los presos, remisos a cualquier liberación, constituyen un cuarto y nuevo grado del <<símil>>, aquel en el que se acaba de consumar. Es verdad que en este fragmento del <<símil>> ya no se utiliza la palabra αθδελ, pero de todos modos también en este grado se tiene que tratar de eso no oculto que precisamente determina el ámbito de la caverna visitado ahora de nuevo. Pero ¿ no se nombra ya en el primer grado eso <<no oculto>> que impone su norma en le interior de la caverna , las sombras ?Cierto. Lo que pasa es que a lo no oculto no sólo le resulta esencial hacer accesible lo que aparece y mantenerlo
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abierto en su parecer, sino también que lo no oculto supere constantemente un ocultamiento de lo oculto. Lo no oculto tiene que sortear un ocultamiento, en cierto modo, sustraerse a él. Inicialmente para los griegos5 el ocultamiento reina como un encubrirse u ocultarse sobre la esencia del ser y por ende también determina a lo ente en su presencia y accesibilidad (<<verdad>>), y por eso el termino griego para lo que los romanos llaman <<veritas>> y nosotros <<verdad>> se define por su a privativa α-θδεεζα. Verdad6 significa inicialmente lo que se ha sustraído a un ocultamiento7. Así pues, la verdad es un sustraerse según el modo del descubrimiento. El ocultamiento puede tiene diversas formas: recluir, guardar, esconder, cubrir, velar, simular. Como en el <<símil>>de Platón lo más supremamente desocultado tiene que ser sustraído aun encubrimiento tenaz y rastrero, por eso también le traslado fuera de la caverna hacia el espacio libre de la claridad del día es una lucha a vid o muerte. El cuarto grado del <<símil>>nos da a entender a su manera que la <<privación>>, esto es, esa sustracción que consigue lo no oculto , forma parte de la esencia de la verdad. Por eso, como los tres anteriores grados del <<símil de la caverna>>, también trata de la αθδεεζα. En general, este <<símil>> sólo puede haber sido construido sobre la visión de la caverna, porque esta ya previamente determinado por la experiencia fundamental y sobreentendida para los griegos la αθδεεζα, el desocultamiento de lo ente. Efectivamente ¿qué otra cosa puede ser esa caverna subterránea mas que algo abierto en sí, pero que, al mismo tiempo, al estar cubierto por una bóveda y rodeado de muros de tierra, permanece cerrado a pesar de la entrada? Ese claustro abierto en sí mismo en que consiste la caverna y lo que éste encierra y por ende oculta remite también a algo en el exterior, a lo no oculto que se extiende a la luz del día. Sólo la esencia de la verdad, pensaba inicialmente como los griegos en el sentido de la αθδεεζα, esto es, el desocultamiento referido a lo oculto (lo simulado y lo velado), sólo esto tiene una relación esencial con la imagen de la caverna escondida abajo la luz. Allí donde la verdad tiene otra esencia y no es desocultamiento o por lo menos no se encuentra determinada por él, un <<símil de la <<caverna>> no tendría ningún punto de apoyo par ilustrar nada. Y, sin embargo, por mucho que en el <<símil de la caverna>> la αθδεεζα sea expresamente experimentada y nombrada en pasajes destacados, no por eso deja de surgir en el lugar del desocultamiento otra esencia de la verdad que acaba tomando la delantera. Pero es claro que con esto también queda dicho que el desocultamiento sigue manteniendo a su vez algún rango. En la descripción del <<símil>>y en la propia interpretación de Platón se da casi por sobrentendido que la caverna subterránea y su exterior son el ámbito en cuya esfera se desarrollan los sucesos descritos. Sin embargo, lo esencial son los tránsitos allí narrados, la subida al exterior, fuera del ámbito del resplandor artificial del fuego para entrar en la claridad de la luz del sol, así como el retorno descendente, desde la fuente de toda luz hacia la oscuridad de la caverna. En el >>símil de la caverna>> la fuerza de la ilustración plástica no proviene de la imagen de clausura de la bóveda subterránea y de la prisión, así
5 Extraído de Geistige Uberlieferung , 1942: Heraclito , frag.123
6 Extraído de Geistige Uberlieferung , 1942: en el sentido de guardar ( wahren )
7 Extraído de Geistige Uberlieferung , 1942: encubrimiento.
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como tampoco de la visión del espacio abierto fuera de la caverna. Antes bien, para Platón, la fuerza significativa y metafórica del <<símil>> se concentra en el papel del fuego, el reflejo el fuego y las sombras, la claridad del día, la luz del sol y el propio sol. La clave de todo reside en el resplandor de lo que aparece y en el proceso por el que se torna posible su visión. Es verdad que se nombra al desocultamiento en sus distintos grados, pero en realidad sólo es pensado en relación con el modo en que vuelve accesible a eso que aparece en su aspecto (εζδoξ) y hace que sea visible eso que se muestra a sí mismo (ζδεα). La autentica reflexión se orienta hacia la aparición del aspecto, que se hace posible gracias a la claridad del resplandor. Dicho aspecto permite tener la visión de aquello bajo lo que se hace presente cada ente. La auténtica reflexión concierne a la ζδεα. La <<idea>> es le aspecto prestado por la visión a todo lo que se presenta. La ζδεα es el puro resplandor en el sentido de l expresión: <<luce l sol>>. La <<idea>> no deja <<aparecer>> a ninguna otra cosa (tras ella), sino que ella misma es la que resplandece, al cuál sólo le importa y el cuál sólo consiste en su propio resplandor. La ζδεα es aquello que puede resplandecer. La esencia de la idea reside en la posibilidad de resplandecer y de hacer que algo sea visible. Ella consuma la venida a la presencia, concretamente la venid a la presencia de aquello que sea en cada caso un ente. En el qué-es de lo ente aquello viene en cada ocasión a la presencia. Pero la venida a la presencia es en general la esencia del ser. Por eso, para Platón, el ser tiene su auténtica esencia en el qué-es. También las designaciones posteriores revelan que la quidittas es le verdadero esse, esto es, la essentia y no la existentia. Lo que trae a la vista la idea. Lo que trae a la vista la idea, y por lo tanto ofrece a al vista, es, para la mirada dirigida hacia ella, lo no oculto de aquello bajo lo que ella aparece. Y así, lo no oculto es concebido de antemano y únicamente como lo aprehendido en la aprehensión de la ζδεα, como lo conocido y en el conocer En Platón, (la aprehensión) solo alcanzan la relación esencial con la <idea>> en esta fórmula concreta. En el sentido de este orientarse hacia las ideas, es la disposición la que determina la esencia de la aprehensión y, a partir de allí, la esencia de la <<razón>>. Ahora, <<desocultamiento>>significa siempre lo no oculto como lo accesible mediante la capacidad de resplandecer de la idea. Pero en cuanto al acceso es consumado mediante un <<ver>>, el desocultamiento se encuentra uncido a la <<relación>>con el ver, es <<relativo>> a ella. Por eso, a la pregunta desarrollada hacia el final del libro VI de la Politeia dice así ¿Qué es lo que permite que la cosa vista y el ver sean lo que son en su relación? ¿En que consiste el arco que se tiende entre ellos? ¿Que yugo mantiene unidos a ambos? La respuesta, para la que se ha elaborado el <<símil de la caverna >>, se presenta en imágenes: el sol , como fuente de luz, da a lo visto su visibilidad. Pero el ver sólo ve lo visible en la medida en que el ojo es δθζoεζδεξ, <<solar>>, en al medida en que tiene una capacidad de pertenencia al modo de ser del sol, es decir, a su resplandor. El propio ojo <<luce>>, se entrega al resplandor, y de este modo puede recibir lo que aparece y aprehenderlo. Pensada desde su asunto, esta imagen encierra una conexión que Platón expresa del una manera sin igual a dudas. Así pues, es lo que le concede el desocultamiento a lo conocido, pero que también le regala al que conoce la capacidad (de conocer), esto, digo, es la idea del bien>>.
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El <<símil>> nombra el sol como imagen para la idea del bien. ¿En qué consiste la esencia de esta idea? En cuanto ζδεα. Lo bueno es algo que resplandece, como tal, es lo que se da a sí mismo y como esto mismo es algo visible y por ende cognoscible, concretamente. <<En el ámbito de lo cognoscible la idea del bien es la posibilidad de ver que consuma todo resplandecer y que por ende del bien es la posibilidad de ver que consuma todo resplandecer y que por ende también es divisada de verdad sólo en último lugar , de tal modo que apenas es vista propiamente ( sólo con gran esfuerzo).>> Se traduce8 ηo αβαεoκ mediante al expresión, aparentemente comprensible, de <<bien>>. Al usarla, normalmente se piensa todavía en lo <<moralmente bueno>>, que se llama así precisamente porque es conforme a la ley moral. Esta interpretación trasciende el pensamiento griego, por mucho que la interpretación platónica del αβαεoκ como idea de pie para pensar <<moralmente>><<el bien>> y para acabar considerándolo equivocadamente como un <<valor>> más. La idea de valor, surgida en el siglo XIX como consecuencia interna de la concepción moderna de <<verdad>>, es el último y el más débil descendiente del αβαεoκ. Desde el momento en que <<el valor>> y la interpretación mediante <<valores>>son los que sostienen la metafísica de Nietzsche, y puesto que lo que hacen bajo la forma incondicionada de una <<transvaloración de todos los valores>> y para él todo saber procede del origen metafísico del <<valor>>, también el propio Nietzsche es el más desatado platónico de toda la historia de la metafísica occidental. Naturalmente, puesto que concibe el valor como al condición de posibilidad de <<vida>>dispuesta por la <<propia vida>>, Nietzsche ha sabido mantener firme la esencia del αβαεoκ con más libertad de prejuicios que ninguno de los que tratan de alcanzar el absurdo sin fundamento de unos <<valores con un valor en sí >>. Si, además, pensamos la esencia moderna de la <<idea>> como perceptio (<<representación subjetiva>>), entonces encontramos la <<idea del bien>> un valor que existe en sí mismo en algún lugar y de qué, además, existe una <<idea>>. Naturalmente dicha <<idea>> tiene que ser la más elevada. , puesto que lo único que importa es desembocar en el <<bien>>(a favor de algún beneficio u ordenamiento de un orden). Cómo es lógico, en l esfera de este pensamiento moderno ya no se puede captar nada de la esencia original de la ζδεα de Platón. Significa ηo αβαεoκ, pensado en griego, aquello que sirve o es útil para algo y que vuelve a algo útil o servible. Toda ζδεα, el aspectote algo, ofrece la vista de aquello que es un ente en cada caso. Por eso, pensadas en griego, las <<ideas>> sirven para que algo aparezca en lo que es y de ese modo pueda venir a la presencia en lo que tiene de permanente. Las ideas son lo ente de cada ente. Por ende, aquello que hace que las ideas sirvan para ser ideas, o dicho platónicamente, la idea de todas las ideas consiste en hacer posible la manifestación de todo lo presente en toda su capacidad de visión. La esencia de cada idea reside y en hacer posible y volver útil para ese resplandecer que permite una vista de la apariencia. Por eso, la idea de las ideas es aquello que
8 Primera Edición. (1947): αγαθoν es ciertamente ιδεα, pero ya no presente y por eso apenas visible.
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vuelve útil, absolutamente ηo αβαεoκ. Eso mismo hace que todo lo que es capaz de resplandecer resplandezca de hecho y por eso es ello mismo lo que auténticamente se manifiesta, lo máximamente resplandeciente en su resplandecer. Por eso, Platón (519c, 9) nombra también el αβαεoκ como, <<lo que mas aparece>> (lo que mas resplandece) de lo ente>>. La expresión <<idea del bien>>, demasiada equívoca para la concepción moderna, es el nombre para esa idea destacad que, como idea de las ideas, sigue siendo para todas las cosas lo que vuelve servible o útil. Esta idea, que se puede llamar simplemente <<el bien>>, sigue siendo ζδεα ηεθεοηαζα, porque en ella se consuma la esencia de la idea, es decir, empines a ser como ente, de tal modo que sólo de cella surge también la posibilidad del resto de las ideas. El bien puede ser llamada ><idea suprema>>en un doble sentido: porque es el supremo hacer que algo sea posible y porque la mirada hacia él es la mas abrupta y costosa. A pesar del esfuerzo que requiere su captación autentica, esa idea (que de acuerdo con la esencia de la idea, pensada en griego debe llamarse <<el bien>>) se encuentra hasta cierto punto siempre y en todo lugar a la vista, siempre y en todo lugar en donde se muestre un ente cualquiera. Incluso allí, en donde solo se divisan las sombras todavía escondidas en su esencia, tiene que lucir ya el resplandor de un fuego y, sobre todo, aunque siga sin saberse que ese fuego es hijo del sol. Dentro de la caverna el sol permanece invisible y, sin embargo, las sombras se alimentan todavía de su luz. Pero el fuego de la caverna, que posibilita una aprehensión de las sombras que todavía no se conoce en su propia esencia, es la imagen para el fundamento desconocido de esa experiencia de lo ente que efectivamente significa lo ente, pero no lo conoce como tal. Sin embargo, con su resplandor, el sol no regla sólo la claridad y, con ello, la visibilidad y, por ende, el <<desocultamiento>>de todo lo que se manifiesta. Su resplandor también irradia calor y hace posible con su incandescencia que todo lo <<que surge>>salga fuera en la capacidad visible de su consistencia (509b). Pero si alguna vez llega a ver de modo expreso al sol mismo, o dicho, sea sin imágenes, si se llega a contemplar alguna vez la idea suprema, (<<de la idea suprema) se puede deducir de modo unitario que ella evidentemente y par todos los hombres la causa originaria, tanto de todo derecho (en su comportamiento) como de toda belleza >>, es decir de aquello que se muestra de tal modo al comportamiento que hace aparecer el resplandor de su aspecto. Para todas las <<cosas>>y su carácter de cosa, la idea suprema es el origen, es decir, la causa o cosa originaria. <<El bien >> concede la manifestación del aspecto, en la que lo que se presenta tiene una consistencia en aquello que es. Gracias a esta concesión, lo ente es incluido y <<salvado>>en el ser. De la esencia de la vida suprema se deduce para todo escrupulosos mirar n torno, propio del darse: << que aquel que se preocupa de actuar con escrupulosidad y cuidado, ya sea en los asuntos propios, ya sea en los públicos, tiene que tener a la vista esta (la idea, que en cuanto hace posible la esencia de la idea se denomina <<bien)>>. El que tenga que actuar y quiera actuar en un mundo determinado por la <<idea>> necesita antes que nada la visión de la idea. Y, por eso, también la esencia de la παζδεζα consiste en conseguir que los hombres lleguen a ser libres y firmes par obtener la clara
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permanencia de la visión de la esencia. Pero, como según la propia interpretación de Platón,, el <<símil de la caverna >> debe ilustrar plásticamente la esencia de la , por eso también tiene que narrar la ascensión hasta la contemplación de la idea suprema. Pero entonces, ¿acaso el <<símil de la caverna >> no trata de la παζδεζα? Ciertamente no. Y sin embargo no se puede negar que dicho <<símil >> encierra la <<doctrina>>platónica de la verdad. En efecto, se fundamenta sobre el proceso tácito por el que la ζδεα reconvierte en dueña y señora de la αθδεεζα. El <<símil>> ofrece una imagen de lo que, dice Platón de la ζδεα, <<ella misma es señora desde l momento en que otorga el desencubrimiento (a aquel que se muestra) y al mismo tiempo aprehensión (de lo no oculto) >>. La αθδεεζα pasa a estar bajo el yugo de la ζδεα. Desde el momento en que Platón dice que la ζδεα es la dueña y señora permite el desocultamiento, esta remitiendo a algo no dicho: concretamente que a partir de ahora la esencia de la verdad ya no se despliega como esencia de la ζδεα. La esencia de la verdad desecha el rasgo fundamental del desocultamiento. Si, en general, en cada relación con lo ente lo que importa es que, la contemplación del <<aspecto>>, entonces todo esfuerzo debe concentrarse en primer lugar en hacer posible semejante modo de ver. Para eso es necesario el correcto miara. Una vez que abandona las sombras y se dirige hacia las cosas, incluso el que ha sido liberado dentro de la caverna orienta su mirada hacía aquello que << es más ente>>que las meras sombras, << al estar de cara hacia eso que es más ente, debería ver de modo mucho más correcto >>. El transito de una situación a otra consiste en ese tomarse cada vez mas correcta la mirada. Todo depende del oνεoηδξ, de la rectitud o corrección de la mirada. Por medio de dicha rectitud, el ver y conocer se vuelven correctos, de tal modo que al final se dirigen directamente hacia la idea suprema y quedan fijados en esa <<orientación>>. En ese orientarse la aprehensión ¿se adecua a aquello que debe ser visto. Ésa la <<apariencia>> de lo ente. Por medio de esa adecuación de la aprehensión en cuanto surge una ζδεα, una coincidencia del conocer con la cosa misma. Y así, la preeminencia de la misma ζδεα nace una transformación de la esencia de la esencia de la verdad. La verdad se torna oνεoηδξ, corrección de la aprehensión y del enunciado. En esta modificación de la esencia de la verdad se consuma al mismo tiempo por una transformación del lugar de la verdad. Como desocultamiento, sigue siendo todavía un rasgo fundamental del ente mismo. Por el contrario, como corrección del <<mirar>>, se convierte en la marca distintiva del comportamiento humano en relación con lo ente. Y, sin embargo, en cierto modo Platón tiene que mantener todavía la <<verdad>> como carácter de loe ente, en tanto que aquello que se presenta, tiene su ser en el aparecer y éste trae consigo el desocultamiento. Pero al mimo tiempo la pregunta por lo no oculto se trasladaba a la manifestación del aspecto y, con ello, a ese ver que esta supeditando a este último, así como a la justicia y corrección de dicho ver. Por eso, en la doctrina de Platón tiene que residir necesariamente una ambigüedad. Precisamente es ella la que da testimonio de esa transformación de la esencia de la verdad que antes era tácita y ahora hay que expresar. La ambigüedad se manifiesta en toda su precisión en el hecho de que mientras se trata y habla de la αθδεεζα se esta
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pensando y queriendo decir, y considerando como normativa, a la oνεoηδξ y todo ello en un mismo y único paso del pensamiento. La ambigüedad en la determinación de la esencia de la verdad se deja leer única y exclusivamente en una frase del fragmento que contiene la interpretación que le da le propio Platón al <<símil de la caverna >> (517b, 7 bis c, 5). El pensamiento conductor es que la idea suprema es la que unce le yugo bajo el que se encuentran el conocer y lo conocido por el. Pero esta relación se concibe de una doble manera. En primer lugar, y por ende de modo determinante, Platón dice que la causa originaria de todo lo correcto así como todo lo bello >> (es decir, aquello que hace posible la esencia) . Pero después se dice que la idea del bien es <<dueña y señora que otorga el desocultamiento, así como la aprehensión >>. Ambos enunciados no discurren de la misma manera, como si al oνεoα (lo correcto) correspondiese la αθδεεζα (lo bello), el οoιξ (la aprehensión). Antes bien, las equivalencias se cruzan. Al oνεoα, lo correcto y su corrección, equivale la correcta aprehensión, y a lo bello corresponde lo no oculto. Pues, en efecto, la esencia de la belleza reside en ser, aquello que, resplandeciendo al máximo y de ese modo esta desocultado. Ambos enunciados hablan de la primacía de la idea de bien como aquello que posibilita la corrección del conocer y del desocultamiento de lo conocido. Aquí la verdad todavía es desocultamiento y corrección por mucho que el desocultamiento ya se encuentre bajo el yugo de la ζδεα . En Aristóteles sigue reinando todavía la misma ambigüedad en al determinación de la esencia de la verdad. En el ultimo capitulo del libro noveno de la Metafísica, en donde el pensamiento aristotélico sobre el ser de lo ente llega a su cima, el rasgo fundamental de lo ente, y que domina sobre todas las cosas, es le descubrimiento. Pero al mismo tiempo, Aristóteles puede decir << De hecho lo falso y lo verdadero no están en las cosas (mismas)… sino en el entendimiento>>. El enunciado por medio de juicios del entendimiento es le lugar donde reside la verdad y la falsedad y su diferencia. Se dice que el enunciado es verdadero cuando es igual al estado de los hechos, es decir, cuando, dicha determinación de la esencia de la verdad no contiene ya ninguna referencia αθδεεζα en el sentido del desencubrimiento: por le contrario, es mas bien la que en calidad de opuesto a lo θεοδoξ , es decir , a lo falso en sentido de lo no correcto, esta pensada como corrección. A partir de hora, todo el pensamiento occidental acuñara como norma una comprensión de la esencia de la verdad a modo de corrección de la representación enunciativa. Baste y sirva como prueba de ello consignar aquí las proposiciones fundamentales que distinguen a cada correspondiente caracterización de la esencia de la verdad en cada época fundamental de la metafísica. Par la escolástica medieval vale la frase de Tomas de Aquino: veritas proprie invenitur in intellectu humano vel divino, <<la verdad se encuentra verdaderamente en el entendimiento humano o divino>>. En el entendimiento tiene su lugar esencial. La verdad ya no es aquí, sino αθδεεζα (adaequatio). A comienzos de la Edad Moderna Descartes matiza del siguiente modo la frase precedente: veritatem proprie vel falsitatem non nisi in solo intellectu esse
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posee. << La verdad y la falsedad en sentido autentico no pueden encontrase en ningún otro lugar mas que en el entendimiento>>. Y en al era de la incipiente consumación de la Edad Moderna , Nietzsche dice así una nueva precisión a la frase anterior: << Verdad es la clase de error sin la cual una determinada especie de seres vivos no podría vivir . Lo que decide en ultima instancia es le valor para la vida>>. Si de cuerdo con Nietzsche, la verdad es una clase de error , entonces su esencia reside en un modo de pensar que en cada ocasión falsifica lo verdadero de modo necesario, en al medida en que cada representación aquieta y fija al incesante <<devenir>> y con lo así fijado al frente al <<devenir>> que fluye, en calidad de supuesta verdad, a un elemento no equivalente, es decir, incorrecto y por ende erróneo. En al determinación Nietzscheana de la verdad como la no corrección del pensar se esconde un afirmación de la tradicional esencia de la verdades corrección del enunciado, ultimo reflejo de la consecuencia mas extrema que aquel cambio o mundana de la verdad desde el desocultamiento de lo ente a la corrección del mirar. La transformación misma se cumple en la determinación del ser de lo ente (es que se muestra a si mismo. Esta es en si una predilección y una amistad hacia las <<ideas>>que permiten lo no oculto. Fuera de la caverna la αθδεεζα. Esta palabra ya e conocida por la lengua de los griegos antes de la época de Platón y suele usarse generalmente para designar la predilección por un saber entendérselas con algo o estar familiarizado con ello correctamente. Es Platón el primero que la usa como nombre para ese estar familiarizado con lo ente que al mismo tiempo determina al ser de lo ente como idea. Desde Platón, el pensar sobre el ser de lo ente se convierte << en filosofía>> , porque es un alzar la mirada hacia las <ideas>>. La <<filosofía >>, que comienza sólo a partir de Platón , tiene desde es momento el carácter de lo que mas tarde se llamara << metafísica>> tiene ya connotaciones previas en la exposición de Platón a. Allí donde se ilustra la acomodación de la mirada hacia las ideas, Platón dice así: El pensar va <<más allá>>de aquello que es solo es experimentado, bajo la forma de sombras y copias, en dirección, <<hacia>>estas, esto es, hacia las <<ideas>>.Ellas son lo suprasensible divisado en un mirar no sensible, el ser de lo ente inaprehensible con las herramientas corporales. Y en el ámbito de lo suprasensible lo supremo es aquella idea que sigue siendo, como idea de todas las ideas, la causa de la permanencia y de la aparición de todo lo ente. Y, puesto que de ese modo, dicha <<idea>> que llamamos el <<bien>>Esta suprema y primera causa originaria es llamad por Platón, y asimismo por Aristóteles ηo εεζoο, lo divino. Desde la interpretación del ser como ζδεα, el pensamiento sobre el ser de loe ente se torna metafísico y la metafísica se torna teológica. Teológica significa aquí la interpretación de la <<causa originaria>>de lo ente como Dios y el relegamiento del ser la papel de esa causa que contiene al ser en si misma salir al ser de si misma porque se trata de lo mas ente de lo ente. La misma interpretación del ser como ζδεα, que debe su primacía a una transformación de la esencia de la αθδεεζα, exige una distinción de la mirada dirigida a las ideas. A esta distinción corresponde el papel de la παζδεζα, la <<formación>> del hombre. Toda la metafísica esta atravesada por los esfuerzos en torno al problema del ser del hombre y de la posición del hombre en medio de lo ente.
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El comienzo de la metafísica en el pensamiento de Platón es al mismo tiempo el comienzo del<<humanismo>>. Esta palabra esta pensada aquí de manera esencial y por eso en su más amplia acepción. De acuerdo con esto, <<humanismo>> significa el proceso vinculado con el inicio, el desarrollo y el final de la metafísica por el que el ser humano , en cada caso desde distintas perspectivas pero siempre a sabiendas, se sitúa en el medio de lo ente sin ser ya por ello lo ente supremo. <<El ser humano>> significa aquí tan pronto una humanidad concreta como toda la humanidad de modo genérico , tan pronto lo singular como la comunidad, tan pronto el pueblo como un grupo de pueblos. En cualquier caso , y en el ámbito de un entamado fundamental de lo ente fijado metafísicamente, siempre se trata de llevar a ese << hombre>> determinado desde allí hasta el animal ratioanale , la liberación de sus posibilidades y la certeza de su determinación y aseguramiento de su <<su vida>>. Esto ocurre bajo la forma del acuñamiento de una postura <<moral>>, como redención del alma inmortal, como desarrollo de las fuerzas creativas , como educación de la razón, como cuidado de la personalidad , como despertar del sentido comunitario, como dominio el cuerpo o como acoplamiento adecuado de algunos de estos o de todos estos <<humanismos>> En cada ocasión tiene lugar un dar vueltas en orbitas mas o menos amplias y de modo metafísicamente determinado en torno al hombre .Con la consumación de la metafísica también el <<humanismo>>, (antropología) se introduce en las posiciones mas extremas, lo que quiere decir , también , incondicionadas. El pensamiento de Platón sigue la transformación de la esencia de la verdad, esa transformación que se convierte en la historia de la metafísica, la cual, con el pensamiento de Nietzsche, ha iniciado y su consumación incondicionada. La doctrina platónica de la <<verdad>> no es por ende nada pasado. Es <<presente>>histórico, pero no solo en el sentido del <<efecto secundario>>de un texto doctrinal reconsiderado históricamente ni tampoco como imitación de la antigüedad ni como mera conservación de la tradición. Dicha transformación e la esencia de l verdad esta presente como es realidad fundamental de la historia universal del globo terrestre que avanza hacia la ultima época moderna y que hace tiempo que ha sido firmemente fijada y por un ende aún no ha sido cambiada de lugar y lo domina todo. Ocurra lo que ocurra al hombre histórico, siempre será como consecuencia de una decisión sobre la esencia de la verdad que ha sido toda previamente y nunca ha dependido del propio hombre. Con esa decisión se delimita en cada caso que es lo que se busca y queda fijado como verdadero a la luz d la esencia de la verdad que e determina, pero también que se desecha y se pasa por alto como no verdadero. La historia narrada en el símil de la caverna permite contemplar que es lo que de verdad sucede todavía en el presente y en el futuro de la historia de la humanidad occidental: en el sentido de la esencia de la verdad en cuanto corrección del representar, el hombre piensa todo lo ente según <<ideas>> y estima todo lo real de acuerdo con los <<valores>>. Lo único de verdad y seriamente decisivo no es que ideas y que valores se establecen, sino en general que lo real sea interpretado de acuerdo con <<ideas>> y <<el mundo>> sea estimado según <<valores>>.
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Con todo esto se ha hecho recordar la esencia inicial de la verdad. En este recuerdo se desvela el desocultamiento9, mostrándose como el rasgo fundamental de lo ente mismo10. Pero el recuerdo de la esencia inicial de la verdad tiene que pensar dicha esencia de modo mas inicial. Por eso no puede asumir nunca el desocultamiento únicamente en el sentido de Platón, es decir, como sojuzgamiento bajo la ζδεα. Entendido platónicamente, el desocultamiento permanece atado a la relación con el mirar, aprehender, pensar y enunciar. Seguir esa relación significa abandonar la esencia del desocultamiento. Ningún intento de fundar la esencia del desocultamiento abre la <<razón>>, el <<espíritu>>, el <<pensamiento>>, el <<logos>> o cualquier otro tipo de subjetividad puede salvar ya nunca la esencia del desocultamiento. Pues, en efecto, ni siquiera se ha preguntado todavía de modo suficiente por que lo que se quiere fundamentar, por la esencia misma del desocultamiento. Lo único que se <<explica>> siempre es una consecuencia esencial de la esencia incomprendida del desocultamiento. Antes que nada, es preciso elevar a toda su dignidad lo que hay de <<positivo>> en la esencia <<privativa>> de la αθδεεζα. Antes que nada, hay que experimentar ese elemento positivo como el rasgo fundamental del ser mismo. Primero debe irrumpir la necesidad y al penuria, en la que, para empezar, lo que se torna cuestionable ya no es solo lo ente en su ser, sino el propio ser (la diferencia). Es precisamente para que pueda sobrevenir esa necesidad 11por lo que la esencia inicial de la verdad reside todavía en su oculto inicio.
9 Primera Edición. (1947): αγαθoν es un nombre para esse, no para veritas.
10Primera Edición. (1947): es decir, como ser.
11 Primera Edición. (1947): la necesidad de la ausencia de necesidad. El hecho de que no estemos tocados por el ser mismo, de que el ser este olvidado. En este estado de necesidad el olvido del ser no nos abandona.

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